jueves, 3 de noviembre de 2011

Andando por nuestra historia: Encomienda de Corral Rubio y la ermita de San Roque


ORISOS Asociación para la Investigación y el Desarrollo Cultural ha llevado a cabo la primera Jornada dedicada a una nueva actividad que trata de promover el conocimiento del patrimonio cultural de nuestra comarca compaginando las visitas a lugares históricos del entorno a través de rutas senderistas.
“Andando por nuestra historia” trata de dar conocer más a fondo nuestra historia comarcal, nuestra etnografía y nuestro entorno natural de una manera diferente. Podemos aplicar así el dicho de mente sana in corpore sano, ya que andando a través de nuestros caminos, de nuestros campos, de nuestro entorno natural, se van a ir visitando diferentes lugares emblemáticos desde el punto de vista histórico y cultural en general; pudiendo contemplar así los restos materiales de nuestra historia, de nuestro patrimonio histórico y natural.

Así, esta primera Jornada se ha llevado a cabo en el marco histórico geográfico de la Encomienda de Corral Rubio. Los participantes, tras un interesante recorrido a pie por los caminos de la Encomienda, visitaron los restos de la antigua Casa de la Encomienda donde, tras comentar las circunstancias históricas de la zona, pudieron comprobar in situ el deterioro que están sufriendo los escasos restos más antiguos que aún quedan de esta edificación: los restos de una fachada, la portada y patio empedrado. Posiblemente, estos restos más antiguos se correspondan con una edificación del siglo XVI. La portada es similar a otras documentadas ya en el casco urbano de Valdepeñas.
La Encomienda de Corral Rubio es, según argumenta la Doctora Ángela Madrid en su libro “Una villa de la Orden de Calatrava. Valdepeñas”, el primer núcleo de población documentado en el entorno de la actual ciudad de Valdepeñas tras la conquista de estos territorios por las órdenes militares en pleno siglo XIII; siendo posiblemente, el precedente de la actual Valdepeñas.
Posteriormente, el grupo visitó la zona de la Nava del Conejo, donde se sitúa la Casa de los Vasco y la ermita de San Roque; edificaciones que, pese a su estado ruinoso por el abandono que están sufriendo, se alzan aún imponentes en medio de un paisaje de naturaleza idílica, donde el agua y la vegetación se unen dando un aspecto paradisíaco a la zona.
Antonio Brotóns alude en su libro “Apuntes históricos de Valdepeñas” a la construcción de la ermita de San Roque a expensas de la familia Vasco en torno a 1867.
El grupo pudo comprobar la decadencia y dejadez de estos lugares; cómo el paso del tiempo y el abandono están acabando con los escasos restos históricos que aún pueden verse; edificios y paisajes abocados a una próxima e irremediable desaparición y por tanto, a la pérdida de una parte de nuestra historia, de nuestro patrimonio histórico.
Es evidente que nuestro patrimonio, ahora más que nunca, inmerso también en esta larga crisis, está en peligro. Hace falta sin duda más concienciación por parte de todos y, sobre todo, más respeto y aprecio por nuestro pasado.
Como bien decía Kubber en 1962, Las únicas pruebas de la Historia disponibles en todo momento a nuestros sentidos son las cosas hechas por los hombres”. Si se pierden esas pruebas, si no tomamos conciencia de conservar y proteger nuestro patrimonio, flaco favor le estamos haciendo a las generaciones venideras.
La Asociación ORISOS va a continuar con estas actividades en los próximos meses, dando a conocer a sus socios y colaboradores nuestro entorno y su historia. Así, el conocimiento, disfrute y estudio de ello hará que parte de nuestro patrimonio pueda ser documentado para que, precisamente, las generaciones futuras tengan por lo menos, conocimiento de su existencia, de su pasado; porque un pueblo que no conserva su patrimonio, que no sabe de su historia, está abocado a su desaparición.
Consideramos que una buena parte de nuestro patrimonio está en peligro. Dentro de poco tiempo estos lugares serán sólo ruinas, montones de escombros que harán que nuestra historia y nuestro pasado se pierdan y desaparezcan irremediablemente en la nebulosa de los tiempos. El desinterés, la apatía, la desidia, en definitiva, la indiferencia por estos lugares, implican el abandono de nuestra historia, de nuestro pasado.
Esperemos que las futuras generaciones de valdepeñeros, de castellanos-manchegos, sean más conscientes de todo esto. Desgraciadamente la coyuntura económica actual, donde los recortes en cultura parecen ser una solución de parche a la crisis, hace que sea impensable cualquier tipo de actuación sobre estos lugares, tendente a conservar lo que aún queda de ellos. Pero sí nos queda la esperanza de que entre todos, - administraciones, ciudadanos, etc. - aún se puedan buscar soluciones que eviten lo que hoy por hoy, parece inevitable.

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